La verdad... es que después de todo averiguo que al final todo ha sido un absurdo inimaginable.
En fin. De todo se aprende. Yo no hago más que resbalarme, así que no paro de aprender. Ojalá me pudiera librar de este orgullo limitante, que me dice que pare de intentarlo. Ojalá me pudiera librar de esta sensación intensa que me guía hacia él, que necesita saborearle y que me obstruye la alegría.
Ojalá me pudiera librar de todo. De todas estas emociones estúpidas que me llevan al fracaso. Simplemente todo es una situación caótica en la cual mis sentimientos potenciales giran en torno a mi y me dominan, las cuales la mayoría me hacen infeliz. No tiene sentido seguir luchando con un porcentaje de un 90% de que tendré un no. Y luego el orgullo. Ese orgullo que me frena y combate con el resto, el cual me guía al abandono para no quedar en mal lugar.
Daría lo que sea para que me extirparan toda esta mierda.




